Una de las etapas de la vida más significantes para la mujer es el puerperio, etapa de grandes cambios a nivel físico y emocional. En esta etapa de su vida la mujer se enfrenta a una situación totalmente desconocida y que puede desencadenar síntomas depresivos. La capacidad de adaptación varía en función de las características personales y del ambiente familiar o social que rodea a la mujer.
Se espera que para mujer, esta etapa en subida debería ser un periodo feliz, pero generalmente se estima que el 80% de las mujeres que acaban de ser madres experimentan y cargan con sentimientos de tristeza o desánimo entre otros después del parto. Esto suele ser una reacción totalmente emocional que inicia entre unos días o semanas después del parto y que no suele prolongarse por más de dos semanas.
En relación a la depresión clínica en el puerperio, denominada también como depresión posparto, se presenta aproximadamente entre un 10% y 15% de los casos, requiere un diagnóstico apropiado y un tratamiento efectivo para evitar que afecte al desarrollo del bebé, esto debido a la relación que se forma y se desarrolla entre la madre y el hijo o en ambiente familiar en general.
De acuerdo a la OMS, la depresión posparto es una de las enfermedades maternas más comunes y frecuentes en el posparto, tal como lo indica Sara Jort, psicóloga y miembro activo de la Asociación Española de Psicología Perinatal, AEPP.
Definición de depresión posparto
La depresión posparto hace alusión a la depresión que generalmente aparece en las mujeres poco después de haber dado a luz a un hijo, esta depresión posparto puede presentarse incluso hasta un año más tarde luego del alumbramiento.
La experta en psicología perinatal Sara Jort, señala: “las etapas que representa grandes cambios en la vida de una mujer son el embarazo, el parto y el puerperio, los cambios se reflejan en la vida sexual, reproductiva e íntima de la mujer. Razón por la cual es importante que prestemos atención a nuestras emociones y mantenernos alerta frente a nuestro estado anímico y a los sentimientos”,
Actualmente, inicialmente al ejercer la labor de maternidad se relaciona con un desajuste y mucho más allá que una depresión, lo que se presenta generalmente es una crisis adaptativa en relación al nuevo rol y desempeño como madre”, crisis que también puede extenderse hacia el padre, aunque en un grado menor de relevancia en comparación al de la madre, señala Silvia López, psicóloga clínica de ASSIR (Atención a la Salud Sexual y Reproductiva).
Causas de la depresión posparto
La depresión posparto puede manifestarse por diversas causas derivadas de:
– Vulnerabilidad individual, antecedentes de traumas, personalidad, historial de trastorno psicopatológico.
– Complicaciones del embarazo, el haber pasado por un parto traumático, cesárea, falta de atención obstétrica adecuada y atención personalizada, enfermedad del bebé, dificultades con la lactancia materna.
– Falta de apoyo familiar o social.
Durante este periodo es importante tener en cuenta las dificultades de salud de la madre o el hijo y otras condiciones negativas de la vida, como falta de recursos económicos, pérdidas familiares, separación, maltrato o conflicto de pareja, que son factores que afectan la sensibilidad de la madre.
Profesionales de la psicología perinatal, indican la importancia de prestar atención a estos factores para activar la prevención y la atención en este periodo tan sensible y a la vez bastante significativo de la vida de una mujer, con el fin de poder realizar valoraciones ajustadas y poner en marcha elementos protectores en la familia.
Además desde la Asociación Española de Psicología Perinatal elevan la importancia de obtener un buen diagnóstico de manos de profesionales de la salud mental, donde se valoren factores como: psicólogos o médicos psiquiatras.
Síntomas de la depresión posparto
Los síntomas asociados a la depresión posparto pueden presentarse en diferentes escenarios, esto depende y varia de e una mujer a otra. Los síntomas no son síntomas generales, ya que no todas las mujeres se ven afectadas por todos los síntomas y en igual grado de intensidad. Sin embargo, los más comunes de los síntomas son los siguientes:
– Dificultad para dormir.
– Llanto o tristeza.
– Enfado, mal humor e irritabilidad.
– Pérdida de interés en actividades que antes se realizaban con agrado.
– Dificultad de concentración.
– Cambio en el apetito.
– Ansiedad y preocupación.
– Dolor de cabeza, estómago, espalda o musculares.
– Sentimientos negativos; tristeza, sentirse sin esperanzas y con sentimiento de culpa excesiva.
– Cansancio y fatiga.
Sara Jort, respecto a este panorama señala “cada puerperio es único, y algunas madres viven en diverso grado síntomas de angustia, tristeza, miedo, preocupaciones”.
“En circunstancias en las influyen características personales o bien por la influencia de situaciones excepcionales o traumáticas se sale fuera de control la capacidad de adaptación de la madre y es cuando nos encontramos con psicopatología”.
Tratamiento de la depresión posparto
Un tratamiento acertado va de la mano tanto con los consejos de los expertos y profesionales de la salud mental, como de la madre. Conjuntamente planificarán la mejor estrategia de intervención entre los posibles tratamientos.
Es necesario un tratamiento acertado para seguidamente remitir a la madre y que esta sea tratada con psicoterapia y/o con fármacos cuando así lo indique el profesional.
La AEPP define los siguientes tratamientos para la depresión posparto:
– Psicoterapia: se posiciona como el tratamiento más eficaz y menos invasivo en caso de depresión.
– La lactancia materna: estimula y mejora el vínculo entre la madre y el bebé, elevando la autoestima de la madre y sus competencias, en niveles de cuidado como emocionales, y ayuda a minimizar la ansiedad.
– Terapia farmacológica: se indica en casos especialmente necesarios y bajo seguimiento y supervisión del médico psiquiatra. Es vital conocer que en el caso de admitir la administración de fármacos existe un extenso grupo compatibles con la lactancia materna.
Expertos en psicología perinatal señalan que la supresión de la lactancia materna debería ser siempre la última instancia. “La lactancia materna debe ser vista como un instrumento terapéutico dentro del tratamiento de la depresión posparto y en otros trastornos psicopatológicos en el puerperio, dados los valiosos beneficios que genera tanto para la madre como para el bebé”. Y añaden que “amamantar facilita la adaptación a la maternidad y la crianza, elevando el vínculo materno-filial y tiene un efecto ansiolítico”.
Evolución de la depresión posparto
Los especialistas en referencia al tema indican que la depresión posparto es más habitual de lo que se cree, pero suele estar subestimada. Cuando las madres perciben y expresan sentimientos como miedo, vulnerabilidad, tristeza, etc. pueden sentirse asustadas y alarmar a la gente de su entorno. Es aconsejable observar con sumo cuidado y atención todos los síntomas y el estado anímico para que no vaya desencadenando una depresión puerperal.
Prevención de la depresión posparto
La Asociación Española de Psicología Perinatal resaltan el hecho que estar acompañada por una o más personas de confianza, ya sea la familia, amistades cercanas, tiende a producir una notable mejoría sintomática en breve tiempo en la mujer con síntomas de depresión posparto.
La Asociación Española de Psicología Perinatal recomienda acrecentar y estimular el vínculo entre madre y bebé a través del contacto estrecho, con técnicas como el masaje infantil, portear al bebé, etc. O mediante la voz y el movimiento, esto es, el canto al bebé o el movimiento de la danza.
Está comprobado, que otros elementos que influyen positivamente en este proceso es la luz del sol y las salidas y actividades al aire libre a diario mejoran también el estado general de la madre.
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